MUSSORGSKY: Una noche en el Monte Pelado/La noche de San Juan en el Monte Pelado

Como se acerca la mágica Noche de San Juan, he querido tratar esta obra musical.

El Monte Pelado es un lugar cerca de Kiev que aparece en un cuento de Nikolái Gógol y que, a su vez, sirvió de inspiración a Mussorgrsky para componer su poema sinfónico en 1867. Vamos a ver cómo el compositor trató con música el tema de las brujas y del culto al diablo en su obra.

Al igual que los cuentos en sus primeras líneas nos sitúan rápidamente con Había una vez…, Mussorgsky nos introduce en un ambiente de misterio y de agitación con:

  • un ostinato en los violines en un tempo muy rápido (Allegro feroce)
  • unos motivos silbantes en flautín y flauta que bien pueden ser el viento
  • y en los graves de la cuerda una especie de pasos pesantes que parecen acercarse, creando tensión y expectación.

Ya estamos en ambiente!!… y, sobre todo esto, aparece, con toda la contundencia de los metales de la orquesta, el diablo que muestra su fuerza amenazante y que invoca a que espíritus y brujas se manifiesten también.

Todo esto concluye con dos fuertes acordes de la orquesta al completo y se repite.

A continuación se suceden tres temas musicales que corresponden a tres danzas que como personajes de un cuento, tienen características propias..

  1. Danza ritual: los demonios comienzan una danza que se va haciendo cada vez más salvaje. Es la danza más rítmica y masculina. Al igual que los personajes de una película los vemos vestidos de distintas maneras, en música el compositor tiene varios recursos para «vestir» a los temas. Vemos, que primero nos presenta el tema con pocos instrumentos que se van intercambiando a la manera de dos grupos que danzan alternativamente, luego lo repite más lento y, por último, en tutti y muy fuerte y acelerado.
  2. Danza festiva: es también una danza rápida y muy rítmica que aparece tras una pausa súbita y que para mí supone la llegada de las brujas. Los principales recursos que usa el compositor son el crescendo, una subida de volumen y el accelerando en el que se produce un incremente de la velocidad.
  3. Danza arabesca: es más melódica que las anteriores, de carácter más femenino. Esta introducida por una fanfarria de trompetas y luego es el oboe el encargado de presentarnos la melodía.

De manera abrupta, oímos de nuevo la primera danza. Estamos en el desarrollo. Aquí el compositor libre de todo precepto, juega con los temas anteriores alternándolos libremente e incluso superponiéndolos.

A esto le sucede una Reexposión en la que volvemos a escuchar la introducción y las tres danzas. Toda la agitación se disuelve y oímos la campana de un reloj en la torre de la iglesia de una aldea cercana. Toda esta sección supone el epílogo, lo que en música llamamos CODA y que, en este caso, es una manera espectacular de describir el Alba. Atención a la melodía que hace primero el clarinete y después la flauta y también la intervención del arpa en el magnifico final.

¡¡Que disfrutéis la mágica Noche de San Juan!!

María del Carmen Pérez Fernández

 

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